Ayer domingo el diario El País publicaba en su última página (la segunda más leída) una entrevista a Andrés Madrigal, uno de los grandes cocineros que ofician en Madrid y que recientemente ha recibido para su Alboroque una Estrella Michelin. El líneas generales se trata de una entrevista discreta y con un interés limitado más allá de perfilar algunos aspectos y opiniones del personaje entrevistado. Lo normal en las entrevistas cortas de los domingos. Pero, ay, Andrés tuvo la ocurrencia de responder, a una pregunta inducida con toda seguridad por él mismo, que sí, mire, me he comido la placenta en la que venía envuelta mi hija, acompañada de una reducción de naranja. A la vista de algunos comentarios, no parece que sea una idea especialmente brillante ni muy comercial andar divulgando los propios gustos culinarios cuando son tan especiales y ajenos a los del común de los mortales. Pero con estas cosas nunca se sabe, a lo mejor aleja a los clientes de gustos más «burgueses» pero capta un nicho de público hasta hoy desatendido, y se le llena el restaurante de señoras recién paridas que, acompañadas de sus parejas, se apresten a degustar sus propias entrañas, eso sí, convenientemente preparadas y cocinadas. Habrá que estar atento a la deriva de este asunto, y nada mejor para ello que la sección «en los medios» del sitio web de Alboroque, uno de los pocos, en este sector tan poco permeable a la tecnología, que se mantiene actualizado.
Un comentario en “Lo que come Andrés”