Ovillo, el proyecto más personal de Muñoz-Calero

Antecedentes

Ovillo es el flamante restaurante de Javier Muñoz-Calero, un cocinero sobradamente conocido en Madrid, y otras latitudes, quien a pesar de su relativa juventud tiene ya una larga trayectoria a sus espaldas. Le conocimos cuando inició su actividad en Tartán en el ya lejano 2010, y sus proyectos posteriores como cabeza visible o en labores de asesoramiento de distintos grupos hosteleros (Muñoca, Perrito Faldero, El Huerto de Lucas y posteriormente en Azotea del Círculo, Nubel o Picalagartos del Grupo Azotea). En estos proyectos Muñoz-Calero se integraba en estructuras empresariales y societarias de las que prescinde en Ovillo, un proyecto personal e intransferible del que es el único responsable y con el que, hablando en plata, se la juega y lo hace sin red.

El Local

Después de un periodo de rodaje Ovillo ya se encuentra a pleno funcionamiento es un local espectacular en el barrio de Ciudad Jardín, en el distrito de Chamartín. Se trata de una nave industrial de las que abundan en esta zona de Madrid, un antiguo taller de marroquinería que ha sido adaptado para cumplir con su nueva función de complejo hostelero más allá de mero restaurante. Techos altísimos iluminados por grandes claraboyas, acertada mezcla de materiales que combinan la estética industrial heredada con madera y muchas plantas que inundan de vida y alegría el comedor de Ovillo. Antes de llegar a él se pasa por la zona del bar, en la que la se ofrecen buenos cócteles y platos de picoteo, en horarios ampliados respecto a los de servicio en el restaurante, que ofrece comidas de lunes a viernes a mediodía, y cenas únicamente jueves y viernes.

Mesas redondas en el comedor

Un ambiente especial

Cocina a la vista

Zona del reservado

Gastronomía

Ovillo ofrece una cocina clásica internacional alejada de estridencias y modas, estrictamente del gusto de Muñoz-Calero, a través de una carta escueta en la que se reúnen los platos que le han granjeado la fidelidad de sus muchos seguidores a lo largo de los años y los distintos proyectos. Platos de aquí, y también de allá, pero con un compromiso total con la calidad y el buen gusto, elaborados siempre con productos de calidad máxima.

Vaca glaseada con parmentier

Aperitivos de la casa

Patatas souffle y «matrimonio»

El mítico panaché

Ensaladilla

Angulas de monte

Conclusión

Con Ovillo Javier Muñoz-Calero ha hecho realidad su ideal de restaurante, una apuesta valiente que no está exenta de riesgos (el momento tal vez no sea el mejor…) pero que a tenor del interés que ha despertado y las especiales características del local pueden hacer de Ovillo un nuevo clásico de Madrid. Mimbres para que sea así no le faltan.