En Barra Atlántica el protagonista es el producto, primeras calidades traídas desde Galicia a precios muy, muy atractivos.
Local sencillo en la calle Gravina, dos barras hacen honor a su nombre, una pequeña en el expositor de producto, dónde cenamos, y una más amplia a continuación.
Empezamos con el puñado de percebes, estupendos, tamaño más que correcto, a 10 € cayeron dos. Seguimos con un par de Duos, Ostras + Carneiros (5 €), muy muy ricas las ostras, magnificos los Carneiros. Los erizos que ya están en temporada estaban para saltarsele a uno las lágrimas, con una espuma ligera que realzaba el sabor. El sargo desnudo, preparado como en cebiche, impresionante, desde nuestros taburetes vimos como limpiaban y cortaban el pez al instante.
Terminamos con una cañitas rellenas de crema muy ricas y como detalle de la casa una manzana infusionada sorprendente, riquísima.
El servicio simpático no, lo siguiente. El local, sencillo, con una iluminación cálida, tamaño reducido, por suerte llegamos pronto, tipo 8 de la tarde y conseguimos un buen sitio, cuando nos fuimos el local estaba hasta arriba.
En definitiva, una de las mejores experiencias gastronómicas de los últimos años, volveremos en cuanto podamos.