Miyama es un restaurante japones que ya puede considerarse un clásico de Madrid, no es vano su apertura se remonta a 2009, asentado definitivamente en la calle Flor Baja, en los alrededores de la Gran Vía madrileña. El secreto para estar a punto de cumplir la década: calidad sobresaliente y una gran relación calidad precio.
El tartar de atún picante con el que empezamos es espectacular, riquísimo el atún y perfecto el picante, para rebañar con el dedo (literalmente). Sin embargo lo mejor de la cena fue el sashimi de pescado blanco del día, mero y corvina creo recordar, el mero impecable, exquisito, fresquísimo y delicioso, aunque no se quedaba atrás la corvina, sencillamente impresionante. Sólo por este plato merece la pena Miyama. El Cangrejo frito ¨Soft Shell Crab¨ nos pareció original y sabrosísimo.
Acompañamos estas delicias con dos botellitas de saque que nos recomendaron (la carta de saques es muy amplia) y que estaba muy bien y a buen precio.
Era viernes y nos correspondió el segundo turno ya que a primera hora estaba completo. El servicio resultó muy atento, aunque se notaba el cansancio del tute del primer turno. El local es cómodo y funcional, pero desde luego no es un motivo a considerar frente a la calidad de los propuestas de Miyama.
En resumen, una cena estupenda a un precio más que razonable que nos pareció que valio hasta el último euro gastado, 50 € por cabeza, con postre y saque un precio más que ajustado para la calidad del producto. Un acierto que garantiza que volveremos.